El éxito de la segunda temporada de los muertos vivientes ha sorprendido incluso a sus creadores. Las nuevas tramas y personajes desatan la fiebre.
Todo terminó como Tomorrow Is a Long Time, una canción de Bob Dylan que habla de un futuro imposible y, también, de una esperanza en el horizonte. Se oía al final de la primera temporada de The Walking Dead, después de que el centro militar explotase y los supervivientes huyesen de la ciudad.
El primer episodio de la nueva tanda comienza de forma sencilla pero a la vez reveladora. “Nos marchamos. Atlanta está acabada. Intentaremos llegar a Fort Benning. Nos enfrentamos a un viaje largo y duro, tal vez mas duro de lo que imagino, pero no puede ser peor de lo que ha sido hasta ahora”. Con este monologo ante su walkie, Rick (Andrew Lincoln) resume todo lo que hemos visto y anticipa lo que vendrá.
Record en EE.UU.
El estreno de los episodios en EE.UU. ha superado todas las expectativas. Un total de 7,3 millones de espectadores lo siguieron el domingo 16 en la cadena AMC, un récord en la historia de los canales de pago que además supone un 40 por ciento más que la primera temporada.
Un día más tarde, España no se quedó atrás. Fox arrasó con un share del 2,1 por ciento y una audiencia de 433.000 personas sedientas de sangre y vísceras. Incluso fue el trending topic (el tema del momento) en Twitter.
Y es que el capítulo contiene en esencia todo lo que engancha a sus seguidores: tensión ante un nuevo ataque de los zombis, juego de miradas del trío protagonista, mucha sangre –hay una autopsia a un zombi– y la escenificación del sentimiento de depresión.
Las grandes preguntas
Pero las grandes incógnitas siguen sin resolverse, por lo que se mantiene la tensión: ¿qué causó la epidemia?, ¿hay antídoto? Y no sabemos lo que le dijo el científico a Rick justo antes de la explosión.
Sarah Wayne Callies, la protagonista, afirma que su personaje es cada día más importante: “Lori forma un gran equipo con su marido Rick”. “Lo curioso –añade entre risas– es que ha hecho falta un Apocalipsis para que se diera cuenta”. Tampoco él anda corto de emociones. Lo interpreta Andrew Lincoln, el actor inglés que mejor disimula su acento en una ficción estadounidense: “Seguiré siendo el gran líder. Además, las nuevas tramas me exigirán más. Seré más duro con los caminantes. No tendré compasión”.
Habrá que esperar hasta finales de noviembre para confirmarlo en La Sexta. Mientras, la primera temporada se repone a partir del domingo 6.