Esta fresca comedia romántica protagonizada por Bradley Cooper y Jennifer Lawrence ha logrado ocho candidaturas a los Oscar.
Hace ocho meses, Pat (Bradley Cooper), un profesor de instituto, encontró a su mujer en la cama con su mejor amigo. Tras agredirle, el juez le encerró en una institución psiquiátrica. Ahora quiere recuperar su antigua vida. Para ello cuenta con el apoyo de sus comprensivos padres y de su excéntrico grupo de amigos. Todo va bien hasta que conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una joven vecina con mala fama que acaba de perder a su marido en un accidente de tráfico. Juntos tratarán de ver el lado bueno de las cosas.
El triunfo del cine indie
Presentada en el festival de Toronto, donde ganó el Premio del Público, El lado bueno de las cosas se ha colado entre las favoritas a los Oscar. Basada en el libro Un final feliz, de Matthew Quick, es la primera producción que consigue nominaciones a las siete candidaturas principales (película, dirección, guión, y cuatro actores) desde Rojos en 1981. Está escrita y dirigida por el neoyorquino David O. Russell, y como en su anterior largometraje, la premiada The Fighter, las relaciones familiares vuelven a protagonizar la película, esta vez en clave de humor.
Pese al final previsible y algo tópico, esta comedia innovadora y refrescante narrada ágilmente, cuenta con vibrantes diálogos recitados por personajes envueltos en situaciones sorprendentes. Entre sus numerosos hallazgos, destacan el brillante guión del propio director, con guiños a novelas como Adiós a las armas, de Hemmingway, y La costa de los mosquitos, de Paul Theroux; la enorme química entre sus dos protagonistas, perfectamente acompañados por los inspirados Robert De Niro y Jackie Weaver; la banda sonora de Danny Elfman, con temas muy bien elegidos como el machacón Mi cherie amour, y no mostrar el romance hasta el final de la historia.