Tommy Lee Jones y Will Smith se unen de nuevo para protagonizar la tercera entrega de la saga. Humor, acción y éxito están garantizados.
Z, líder de la agencia secreta Men in Black, que lucha contra la invasión extraterrestre, muere el mismo día que Boris (Jermaine Clement), un criminal alienígena preso hae 40 años, regresa para destruir el planeta y al culpable de su encarcelamiento, el malhumorado K (Tommy Lee Jones). Es entonces cuando el agente J (Will Smith) retrocede a 1969 y descubre justo al joven K (Josh Brolin), que hay secretos en el universo que su colega nunca le contó y que le ayudarán a salvar al veterano K, a la agencia, y a toda la humanidad.
Broche de oro
En 1997, Barry Sonnenfield dirigió Men in Black, una simpática comedia de ciencia ficción basada en un cómic de Lowell Cunningham. Para dar vida a los dos personajes centrales eligió a una de las parejas más atípicas del cine actual, formada por Tommy Lee Jones y Will Smith, que de forma inesperada logró un taquillazo. Diez años después de la segunda entrega (2002), que bajó en calidad y recaudación, el director y los mismos protagonistas ponen el broche de oro junto a Emma Thompson, como O, jefa de los Men in Black, y Josh Brolin (Valor de ley). También tienen breves apariciones Lady Gaga, y Tim Burton. El guión vuelve a ser de Ethan Cohen, esta vez ayudado por David Koepp (La guerra de los mundos).
Tim Burton y Johnny Depp se atreven con el género de vampiros en este filme basado en una serie de los años sesenta.
En el año 1752, Joshua y Naomi Collins, con su jovencito hijo Barnabas,
zarpan de Liverpool, Inglaterra, para iniciar una nueva vida en América.
Pero incluso un océano no es suficiente para escapar de la misteriosa
maldición que ha caído sobre su familia. Pasan dos décadas y Barnabas
(Johnny Depp) tiene el mundo a sus pies, o por lo menos la ciudad de
Collinsport, Maine. Barnabas, el amo de Collinwood Manor, es rico,
poderoso y un mujeriego impenitente… hasta que comete el grave error de
romperle el corazón a Angelique Bouchard (Eva Green). Angelique, una
bruja en toda la extensión de la palabra, le condena a un destino peor
que la muerte: le convierte en vampiro y le entierra vivo. Dos siglos
después, Barnabas sale de su tumba y emerge en 1972 en un mundo muy
distinto del que conocía. Regresa a Collinwood Manor para encontrar que
lo que en su tiempo era una gran casa solariega, está ahora en ruinas. A
los restos disfuncionales de la familia de Collins no les ha ido mucho
mejor que a la casa, y cada uno de ellos encierra oscuros secretos. La
matriarca, Elizabeth Collins Stoddard (Michelle Pfeiffer) ha recurrido a
una psiquiatra residente, la Dra. Julia Hoffman (Helena Bonham Carter),
para que la ayude en sus problemas familiares.
Fans de una serie de culto
Entre 1966 y 1971, la serie Sombras tenebrosas, creada por Dan Curtis, con tramas cercanas a los relatos de Edgar Allan Poe, reinó en la televisión estadounidense. Ahora sirve de argumento para la nueva obra de Tim Burton, fan esta ficción al igual que el protagonista, Johnny Depp, con quien colabora por octava vez. Se basa en un guión de Seth Grahame-Smith y cuenta con la colaboración de actores de la serie original, como el recientemente fallecido Jonathan Frid, Lara Parker y David Selby.
Con todas esas constantes del cine de Tim Burton, no es una película de vampiros al uso. Hay poca sangre y menos violencia, pero mucho humor y comprensión hacia sus excéntricos personajes. El 19 de Octubre, el director estrena Frankenweenie, una cinta de animación en 3D basada en su cortometraje de 1984.
Todos los personajes de la saga “American pie” regresan a East Great
Falls para participar en una reunión del instituto. Es la ocasión
perfecta para que empiecen a contarse mutuamente la verdad de sus
desordenadas (y poco brillantes) vidas y acabar siendo más amigos que
nunca, porque durante ese esperado fin de semana descubrirán qué y quién
ha cambiado, qué y quién no, pero también que el paso del tiempo y la
distancia no pueden con los lazos de la amistad.
Guardate el mejor trozo para el final.
Hoy llega a nuestra cartelera "American Pie: El Reencuentro", cuarta entrega de la popular saga iniciada en 1999
y que reúne nuevamente a la totalidad de su elenco principal. Hace unos
días, dentro de la gira promocional que les está llevando a recorrer
Europa, recibimos en Madrid la visita en tropel de varios de sus
protagonistas, Jason Biggs, Eugene Levy, Seann William Scott, Chris Klein, Mena Suvari y Jennifer Coolidge, que arroparon a la pareja de directores formada por John Hurwitz y Hayden Schlossberg. Fue precisamente este último quien abrió la charla con la prensa, al comentar que «fue muy sencillo juntar a todo el equipo; somos todos muy amigos, y la respuesta que nos han dado ha sido increíble».
De sus palabras se desprendía ya la nostalgia consustancial a la película, subrayada por Jon Hurwitz: «la combinación de humor y profundidad es una de las características de la saga ─afirmó─. Las
relaciones entre amigos, de pareja, padres e hijos… en este caso, el
simple concepto de reunión de antiguos alumnos implica una carga
nostálgica». Al hilo de lo anterior, Schlossberg remarcaba que no habían rebajado la carga picante de la historia «en
absoluto. Esta es una de las mayores comedias de todos los tiempos, y
suavizarla no habría funcionado. La idea es mantenernos fieles a la
serie, intentar sorprender al espectador en todo momento. Hay que
recordar que estamos todos aquí porque Jason tuvo una relación con una
tarta…».
Por supuesto, Biggs respondió por alusiones que «nadie duda de que
mi pene es lo que hacer funcionar estas películas, y eso me encanta. Las
tengo en bucle constante en mi casa, no dejo de verlas». Tanto él como su compañero Seann William Scott ejercen de productores ejecutivos, algo que, en su opinión, «nos
ha permitido participar de otro modo, implicarnos un poco más en todo
el proceso creativo, ha sido muy divertido poder formar parte de esta
aventura de un modo más completo». Su compañero refrendó sus palabras de un modo muy resumido pero convincente: «ha sido súper excitante», reflexión acompañada de una sonrisa al más puro estilo Stifler.
El veterano Eugene Levy, uno de los más recordados personajes de la serie, estaba muy contento con esta nueva entrega, «porque
no es simplemente un recordatorio. Se puede ver de manera
independiente, plantea nueva direcciones y caminos para todos, es genial». Y parte del nuevo camino de su papel pasa por Jennifer Coolidge, encantada «con
el nuevo hueco que me han encontrado. En las otras tres siempre acababa
acostándome con Finch, así que estoy feliz de participar con otras
perspectivas. Y así demostramos que siempre puedes brillar, no es una
cuestión de edad, simplemente». El distendido ambiente general
invitaba a más, pero no hubo tiempo. Si la cosa funciona en taquilla,
puede que volvamos a reunirnos…
Johnny Depp vuelve a encarnar a Hunter S. Thompson en esta comedia basada en su primera novela.
Cansado del estrés de Nueva York, el periodista Paul Kemp (Johnny Depp) se instala en Puerto Rico como reportero del periódico The San Juan Star. Allí conoce a Sala (Michael Ripsoli), un desencantado fotógrafo que se convierte en su fiel amigo. Juntos beben todo el ron que su maltratado hígado les permite y traban amistad con Sanderson (Aaron Eckhart), un hombre de negocios sin escrúpulos, que planea construir un complejo hotelero de lujo en una zona protegida de la isla.
Homenaje a un amigo
En los años noventa, Johnny Depp, inseparable de Hunter S. Thompson desde que protagonizó Miedo y asco en Las Vegas, descubrió por casualidad el manuscrito de Los diarios del ron, primera novela del padre del periodismo gonzo —aquel en el que el cronista se convierte en protagonista de su historia— escrita en 1959 y basada en su experiencia como redactor deportivo en el país caribeño. Ambos decidieron publicarla y llevarla a la gran pantalla. Para ello, consiguieron que el cineasta británico Bruce Robinson, guionista de Los gritos del silencio y director de Jennifer 8, abandonara su retiro voluntario.
A Depp, le acompaña un inspirado grupo de actores encabezado por Richard Jenkins (Come, reza, ama), Amber Heard (La familia Jones) y Giovanni Ribisi (Avatar), cuyo personaje parece recién salido de Withnail & yo, la gran comedia de Robinson.
La película, con una colorista, pero natural fotografía de Dariusz Wolski (Alicia en el País de las Maravillas), no es un viaje tan delirante y descontrolado como ha sido el de las anteriores adaptaciones al cine de los textos del escritor estadounidense, fallecido en 2005.